Fuente: LA PRENSA
María L., una trabajadora de la limpieza, confió en voz baja: “me asaltaron, me pegaron, me rompieron la cabeza y me hundieron las costillas”. Este escalofriante episodio, que se remonta a 2015, finalmente emerge a la luz después de más de siete años, cuando la mujer compartió su historia movida por la indignación que sintió al ver a su compañera sumida en la tragedia que conlleva ser víctima de una execrable violación.
Importante. El hecho se produjo mientras la mujer barría las calles aproximadamente a la 03:00 h, cuando unos sujetos se le acercaron y en afán de despojarle de sus pertenencias, entre otras incivilidades, empezaron a golpearla, deteniéndose solo cuando la vieron en el suelo emanando el líquido de la vida. “Para mi familia, para mis hijos fue duro, nadie dijo nada, nadie hizo nada”, afirmó María, mientras se limpiaba las lágrimas de dolor e indignación que brotaron al recordar la dura historia que le atormenta.
Atención. Luego del suceso, María pudo comunicarse con su hijo, quien recorrió la ciudad junto a su madre buscando una clínica, puesto que en el Hospital del IESS Riobamba no prestarían atención a la emergencia. Una vez ingresada a la Clínica ‘María Auxiliadora’, la mujer fue atendida y el personal de salud le restableció físicamente, pero a nivel psicológico las heridas aún no han sanado, parece no sanarán.
¿Hasta donde llegó el abuso?
Acción.“En las madrugadas no tenemos ni para comprarnos una cola, yo no entiendo por qué es así la gente”, señaló la ciudadana, añadiendo que se debe respetar el trabajo que se realiza, ya que los peligros son varios. “Yo quiero que eso entienda el alcalde y nos ayude”, anotó.
A saber. Con las cicatrices aún expuestas lo único que escucha es: “le ha pegado su marido”, se tapó la cara y argumentó: “soy viuda desde hace años, no he sabido que los muertos se levantan a pegar”., Finalmente, la mujer expresó: “yo siento el dolor que ahorita está sintiendo la compañera, porque solo cuando le pasa a uno ahí quieren hacer algo…”.